(1851 visitas) 22-08-2017 estupendamente.si
Cuando nace un hijo, celebramos precisamente su llegada, es suficiente con que haya nacido para sentirnos afortunados. Conforme nos hacemos conscientes de que es una personita singular y somos testigos de su extraordinario desarrollo y de su infinito potencial, sus progresos, sus logros, ya camina…, ya habla…, ya lee…, empezamos a soñar con los adultos extraordinarios que llegaran a ser, capaces de cualquier cosa. Y estamos en lo cierto. El potencial de una persona solo está limitado por los muros que nosotros mismos construimos.
Luego llega la adolescencia y todo ese futuro prometedor, desaparece por el sumidero de las inseguridades, entre las zarzas de las comparaciones y unos modelos sociales bastante superficiales. Es inevitable que se cuestionen todo lo que les enseñamos, pero no dudaran jamás de aquello que experimentaron, es licito que duden de sí mismos y que exploren sus límites, sin embargo, si alcanzan esta etapa con un adecuado autoconocimiento, resurgirán de esa tormenta emocional, fortalecidos y poderosos. ¿Como conseguirlo?
Construyendo unos cimientos sólidos, basados en el ejemplo cotidiano. El ser humano ha llegado a los niveles de progreso conocido, debido a las neuronas espejo, que nos permiten percibir el comportamiento de otro ser y reproducirlo en nuestra mente hasta el punto de sentir de igual forma o activar los mismos músculos. Esa gran ventaja mental nos permite, aprender, comprender, empatizar, socializar, colaborar, compartir, imaginar, emocionar, motivar, impulsar, etc. Y finalmente reproducir esos mismos comportamientos, realizando sus propios sueños.
La imagen que tenemos de nosotros mismos, se construye mediante el dialogo interior y ese diálogo se reproduce a partir del que oímos a los adultos de nuestro entorno, como padres es nuestra responsabilidad alimentar su espíritu con amor incondicional hacia sí mismos.
Por todo ello y porque es tu deseo contribuir a forjar su personalidad te ofrecemos algunos mensajes-tesoros que darles:
Tú le dices hoy: Muy bien. Yo sé que lo harás.
Y él pensará: Puedo conseguirlo.
Tú le dices hoy: Haz sido capaz de hacerlo.
Y él pensará: Soy capaz de hacerlo.
Tú le dices hoy: No dudo de tu buena intención.
Y él pensará: Soy bueno.
Tú le dices hoy: Si necesitas algo, cuenta conmigo
Y él pensará: Tengo apoyo.
Tú le dices hoy: Sé que lo has hecho sin querer.
Y él pensará: No lo repetiré.
Tú le dices hoy: Yo sé que eres bueno.
Y él pensará: Soy bueno.
Tú le dices hoy: Te felicito por lo que has hecho.
Y él pensará: Tengo ganas de mejorar.
Tú le dices hoy: Sabes que quiero lo mejor para ti.
Y él pensará: Me quieren.
Tú le dices hoy: Creo lo que me estás diciendo.
Y él pensará: Cumplo mis compromisos.
Tú le dices hoy: Noto que cada día eres mejor.
Y él pensará: Quiero ser mejor.
Tú le dices hoy: Te lo mereces todo.
Y él pensará: Merezco ser feliz.
Tú le dices hoy: No esperaba menos de ti.
Y él pensará: Confían en mí.
Tú le dices hoy: Puedes ser lo que desees.
Y él pensará: Puedo hacerlo.
Tú le dices hoy: Eres muy importante para Carlos.
Y él pensará: Carlos es mi amigo.
Tú le dices hoy: Si te lo propones, tus notas mejoraran.
Y él pensará: Me propongo trabajar más.
Tú le dices hoy: Me siento orgulloso de lo que haces.
Y él pensará: Me siento orgulloso de mi trabajo.
Tú le dices: Me ha sorprendido tu destreza.
Y él pensará: Me alegro de haberme esforzado.
El deseo de muchos padres es que sus hijos sean mejores que ellos mismos, y realmente llegarán a serlo, garantizándoles una Educación Emocional Obligatoria, de igual forma que se les proporciona una educación académica.
Educación emocional que les inicie en el autoconocimiento, la autovaloración y la autoconfianza, talentos heredados que nada ni nadie podrán arrebatarles.
22-08-2017 estupendamente.si
22-08-2017 estupendamente.si
30-06-2017 estupendamente.si
30-06-2017 estupendamente.si